Una espiral en el fondo y cinco siluetas negras recortadas sobre una palabra: Knacks. La imagen podría ser de alguna película de James Bond. O de una pelea del Batman de Adam West. Pero no: eran Los Knacks, la banda beat argentina de culto que arrancaba su recital. Un lujo que nos dimos en la Casa y que todavía resuena en nuestras cabezas.
Fue más de una hora de show en la que Armi Knacks, Fernando Pioli, Jorge Fernández, Damián López y Marcos Moronell se extendieron en un repertorio que fue un viaje musical y en el tiempo, que incluyó temas de sus comienzos y de su reunión en los años dosmil, pero también versiones de los Beatles, los Monkeys, Chuck Berry y los Mockers.
“A esta altura estamos muy cansados, nos duele todo, pero el placer de estar haciendo música para ustedes tapa todo”, un emocionado Armi -el único miembro que continúa en la banda desde su fundación en 1963- comenzaba a despedirse ante un auditorio repleto. Y entonces sonaron “Slow down” y “Route 66” y el hechizo terminó de materializarse: el tiempo se dobló sobre sí mismo y la experiencia fue completa. Porque la música tiene esa capacidad de plegar el ayer sobre el hoy, de volver atemporales los momentos. El final de los años sesenta, con sus ritmos beat, garage, un poquito psicodélicos a veces, más rocanroleros otras, se volvió presente en las voces y los instrumentos de esta banda que hace casi sesenta años decidió tomar como suyos un sonido, un idioma y un movimiento y replicarlos para quienes estuvieran dispuestos a escucharlos en la Argentina.
Gracias a todxs los que participaron de esta hermosa velada y esperamos volver a encontrarnos pronto alrededor del escenario.
